Creación de Renklox en el universo
Hace incontables años en el universo apareció una esfera, esa esfera era de un color blanco muy puro. Nada podía tocar esa enorme esfera, el vacío la rodeaba.
Pero esa esfera no estaba allí por nada. Esa era la zona elegida para formar un gran planeta, un planeta donde abundaría la vida, un planeta que tendría grandes especies.
Y así la esfera eclosionó, como si fuera un huevo, en esa zona del universo. De ella salió Thana, la diosa del control, el ser más poderoso del universo, una. Y Thana pudo crear, con su inmenso poder, a sus hijas. Ellas serían las diosas que crearían el mundo.
Primero creó a Flamna, la diosa del fuego. Y Flamna creó el sol, y el núcleo del planeta. La segunda fue Geomna, la diosa de la tierra, ella cubrió el núcleo con tierra fértil y roca. Lugo vino Metamna, la diosa del metal, ella cubrió algunas piedras de metales que ayudarían a los habitantes de ese planeta. Posteriormente surgió Aquamna, diosa del agua, la cual llenó partes de la tierra con agua, dando así lugar a los primeros seres vivos y calmando, también, la temperatura del planeta. Ahora la evaporación del agua daría lugar a los climas. La más joven de las diosas es Mademna, la diosa de la madera, ella cubrió el mundo de multitud de semillas, de las cuales nacieron nuevos seres vivos, los primeros en poblar la tierra.
Thana estaba orgullosa de sus hijas por el planeta que habían creado, y como premio a su trabajo les entregó la luna. Pero al alzar su cuerpo sobre el planeta, para colocar la luna, cubrió la joven y débil creación con su sombra. Y fue de su sombra de donde salió Lucifer, un ser malvado, que controlaba el miedo.
Envidioso de Thana, Lucifer tuvo también hijos, pero estos serían tan solo tres. Lurh, señor de las pesadillas. Cieh, señor de la crueldad. Rouko, señor del mal.
Demasiado tarde vieron las diosas la expansión de los poderes de los demonios, horrorizadas unieron sus poderes para enviar a los demonios al inframundo, donde estos crearían su reino. Pero Lucifer era demasiado poderoso como para dejarse encerrar del todo, por lo que conjuró que cada vez que algún ser vivo se dejara dominar por su poder, o el de sus hijos, estaría más cerca su regreso al planeta.
El poder de las diosas disminuyó en gran medida después del conjuro. Thana, horrorizada por lo que había hecho, y por cómo habían quedado sus hijas, intentó devolverles su poder original, pero no lo halló posible. La forma de compensar a sus hijas fue hacer más fuerte el sellado que separaba el inframundo y poblar la tierra con varias razas dominantes.
Los humanos, la raza que se haría con el control de la tierra. Una raza que siempre quiere ir a más.
Los Liberidox, la raza que dominaría los mares. Condenada a vivir siempre bajo el agua del océano.
Los enanos, la raza más parecida a los humanos. Pero al no concederles el don de la altura se les concedió el don de la fuerza.
Los hombres pájaro: poderosos guardianes del aire.
Boxirus Rubenus: grandes gigantes que pueblan las montañas, aman la naturaleza. Pero no dudarán en aliarse con el primero que les pida ir a la batalla.
Los elfos: pobladores de los bosques, amantes de la naturaleza tal y como la crearon las diosas.
Leminarios: reptiles superiores. Son capaces de andar a dos patas, y sostener objetos.
Después de estas creaciones Thana dejó el mundo para situarse en el blanco puro, un mundo que ella misma creó y donde permanecerá por la eternidad.
Sus hijas permanecen en el mundo, imperceptibles o invisibles, vigilando que todo transcurra normalmente.
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