Salieron del pueblo, el enano andaba a buen ritmo, a pesar de sus cortas piernas. El pueblo se fue perdiendo en el horizonte, el enano siguió por un sendero casi tapado por la falta de uso, el sendero se dirigía a una gran montaña. Cuando perdieron de vista el pueblo el enano se paró y se sentó en una piedra, invitó cortésmente a Rién a sentarse a su lado.
- Guerrero, creo que no nos han presentado. Mi nombre es Karni.
- No entiendo nada. ¿Porque ahora hablas normal? –dijo Rién con cara de sorpresa pero a la vez de sospecha, pues no se fiaba del enano-
- Hay tantas cosas que no entendemos humano… verás, desde que nací todo el mundo vio mi gran potencial físico, por lo tanto el mismísimo Tar se dedicó a entrenarme. Sus entrenamientos eran duros, los premios que recibía eran cicatrices, cada vez una nueva cubría mi cuerpo. Mas yo no quería ser el mejor guerrero de la aldea, a mí me atraían otras cosas, como viajar, leer, escribir poesía… una vez se lo comenté a Tar, me miró y se rió. Me dijo que sería desperdiciar el gran físico que la naturaleza me había dado; desde ese momento empecé a odiar la raza humana, no soportaba su violencia, pero yo no fui menos, me convertí en el más violento del lugar; pronto estalló una guerra contra otro clan enano. En esa batalla vi una oportunidad de vengarme de la raza y comencé a luchar contra todos, la batalla se convirtió en un todos contra Karni. Y gané. Volví a casa con los pocos que había dejado con vida, pronto se chivaron a Tar y este me expulsó del poblado. Pero la última parte ya la conoces, tú estabas presente. Pues lo de mi voz era para hacerme el tonto, para que no me trataran como a un loco asesino, sino, como a un tonto que solo busca matar. es mejor lo segundo que lo primero. si no me hubiera hecho el tonto ahora estaría muerto a manos de los del poblado.
- ¿Cuándo fue esa batalla? –dijo Rién mientras intentaba asimilar y creer lo que el enano le había contado-
- Fue hace siete años. Por eso no participé en la tuya, estuve todos esos años en el poblado, vagando mientras los lideres buscaban una condena para mí. Ahora… cuéntame tu historia humano.
Rién vio una buena idea sincerarse con su compañero y empezó a narrar.
- Yo soy Rién. Nací en un pequeño pueblo del noroeste, cerca de la ciudad de Urbe, fui al colegio, jugaba con mis amigos y me entrenaba para ser un gran guerrero. Pero un día, cuando tenía dieciocho años, vino a la ciudad el ejército de Rouko y empezó a hacer lo que le daba la gana, yo estaba sorprendido del poder que tenían los miembros del ejército y no se me ocurrió otra cosa que seguirles a escondidas, yo quería su poder, eran magníficos guerreros con privilegios de reyes. Durante el viaje no tardaron ni un kilómetro en darse cuenta de mi presencia, me trataron como a uno más, y me armaron, me dieron escudo y me calzaron las mejores prendas para la batalla. Llegamos a su fortaleza y me sorprendió lo sombría que era, su color era negro, hasta el aire se tornaba oscuro, las personas se movían como zombis. El gran Rouko en persona recibió al ejército, siempre lo hacía, me impresionó verle; exactamente no sé qué me impresionó, pero es que el señor Rouko emana fuerza. Pronto me vio y me dijo que me acercará, despidió a los soldados y me miró a los ojos, casi me meo al mirarle, su cara es el terror de todo humano. Me dijo:
“¿eres nuevo chico? No contestes yo sé que sí, se todo sobre ti, Rién. Que sepas que eres un miembro más de esta ciudad, haz lo que te plazca.”
Me sorprendieron sus palabras pero pronto me deje llevar, fue como un hechizo, un hechizo que hizo que me integrara perfectamente en la ciudad y no me di cuenta ni cómo. Y después pasó lo de la bomba, el perdón de Tar…
- Eso lo conozco humano, no sigas contando más. Ahora hazme caso. Vamos a vagar por el mundo, seremos caza recompensas. Vamos a ir a Duriel a la casa de recompensas. No tenemos nada mejor que hacer. Al ejército de Rouko se le conoce como “ejercito del as de picas” llámalo así. Si tienes alguna duda sobre lo que sea pregúntame, he estudiado sobre todos los temas.
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